La Laguna de Apaneca

LAGUNA VERDE APANECA es un lugar con abundante vegetación y un clima muy agradable. Situada a 2.5 Km de Apaneca zona cafetalera por excelencia, donde se cultivan algunos de los cafés de más alta calidad, que se exporta a nivel mundial.

La laguna está ubicada entre los municipios de Apaneca y Juayúa, en el departamento de Sonsonate. Posee dos cúspides, una de 1,829 metros sobre el nivel del mar y la otra de 1,699. Entre ellas se abre un cráter de medio Km de diámetro y unos 50 mts. de profundidad. Aquí se encuentra una laguna de color verde intenso, poblada de gran variedad de plantas acuáticas, y rodeada de bosques de pinos y cipreses. La laguna puede ser recorrida a pie, ya que está circunvalada por un sendero que atraviesa coloridos campos de flores y pinares, en donde el aire es puro y se pueden hacer picnics. Se trata de un volcán extinto que hizo erupción en tiempos remotos.

es un lugar con abundante vegetación y un clima muy agradable. Situada a 2.5 Km de Apaneca zona cafetalera por excelencia.


Apaneca es una pequeña villa situada en la zona occidental de El Salvador, que se distingue por la amabilidad de sus habitantes, su clima templado, cafetales, pinares, montañas y por supuesto bellas lagunas.

Una de estas últimas es la Laguna Verde, situada a unos seis kilómetro del pueblo. Este nacimiento de agua se halla en lo alto del cerro El Águila, a unos 1,700 metros sobre el nivel del mar, y es uno de los lugares más visitados.


Recorrido refrescante

Muchos de los turistas que llegan a Apaneca tienen la opción de visitar este paraíso, ya sea caminando o utilizando un vehículo de doble tracción.

Para los amantes de las caminatas, visitar esta laguna es una experiencia sin igual; los requisitos para hacerlo son poseer buenos pulmones, llevar un poco de agua y comida y estar dispuesto a disfrutar en grande.

En la carretera de asfalto que pasa a orillas de la villa se encuentra una pequeña calle polvorienta que conduce hasta lo alto de la montaña.

Desde el primer momento en el que se emprende el viaje, los turistas tienen la oportunidad de ver a cada lado de la vía una variedad de árboles frutales, cafetales y plantas ornamentales.

A medida que se va avanzando se experimenta el cambio de clima, que se va tornando más helado mientras las sombras de los frondosos árboles van cubriendo el accidentado camino.

Después de unos tres kilómetros, el viaje se vuelve más difícil, pues la vía de acceso es más empinada. Al avanzar cuesta arriba, el tipo de vegetación va cambiando: ya no sólo se ven cafetales y árboles frutales, sino también cipreses y fragantes pinos. El aire puro parece fortalecer los pulmones de los viajeros.

Después de aproximadamente hora y media de trayecto se llega al caserío Plan de la Laguna, donde se pueden apreciar muchas viviendas sencillas y alguna lujosas y estilizadas cabañas de madera, que son propiedad de gente adinerada que ha hecho de ese sitio su lugar de descanso. Son estas atractivas viviendas una señal de que la laguna está muy cerca.



Mucha paz

Al final del caserío, y desde lo alto de calle, al turista se le presenta la recompensa y el final de su viaje: la Laguna Verde.

Desde lejos las personas se pueden dar cuenta del porqué del nombre: el agua es de color verde intenso, que incita a una sensación de paz.

Ya en la orilla, la laguna se ve como una acuarela en la que se reflejan los centenares de cipreses que la rodean. Sus aguas están adornadas con ninfas y otras plantas acuáticas, y sobre ellas suelen pasear algunos gansos, dándole un toque de belleza al lugar.

"Hay mucha tranquilidad. Este tipo de paisaje sólo se ve en revistas de otros países y en calendarios. Cuesta creer que en El Salvador existan lugares como este", expresa don José Amaya, uno de los visitantes.


Laguna encantada

Pero los turistas suelen conformarse sólo con acampar a orillas de la laguna y ver el paisaje, pues el agua es muy helada y hasta peligrosa.

Según doña Dora Alicia Martínez, residente cercana al sitio, ya se han dado algunos casos de personas que han perdido sus vidas en las aparentemente tranquilas aguas de ese manantial.

"La gente no se puede bañar porque corre el riesgo de morir", dice doña Alicia.

Según los pobladores cercanos, esta laguna está encantada, pues aseguran que en ella vive un hombre que arrebata la vida de aquellos que se meten en ella.

"Dicen que es el espíritu de un indio que vivía cerca. Él prefiere llevarse a las doncellas. Los cuerpos de los que mueren jamás se vuelven a encontrar. Yo hasta el momento no he visto nada de esto", manifiesta doña Alicia.

A pesar de las leyendas y de las historias en torno a la Laguna Verde, sigue siendo muy visitada, sobre todo los sábados y los domingos, que son los días en los que más gente acude a Apaneca.

Ese manantial de agua verde está en la cima de la montaña, esperando que los turistas lleguen a extasiarse con su natural belleza.


¿Cómo llegar a Apaneca?

Existen dos formas de llegar a la Villa de Apaneca; la primera es vía Ahuachapán. Partiendo de San Salvador se conduce por la autopista a Santa Ana hasta la cuidad de Ahuachapán desde la que se desvía hasta la famosa villa.

La segunda alternativa es vía Sonsonate, haciendo un recorrido de 90 kilómetros desde San Salvador hasta Apaneca.

En el pueblo, cualquier persona puede indicar cuál es el camino que lleva hasta la Laguna Verde.




¿Cómo llegar a Apaneca?

Existen dos formas de llegar a la Villa de Apaneca; la primera es vía Ahuachapán. Partiendo de San Salvador se conduce por la autopista a Santa Ana hasta la cuidad de Ahuachapán desde la que se desvía hasta la famosa villa.

La segunda alternativa es vía Sonsonate, haciendo un recorrido de 90 kilómetros desde San Salvador hasta Apaneca.

En el pueblo, cualquier persona puede indicar cuál es el camino que lleva hasta la Laguna Verde.














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